jueves, 27 de febrero de 2014

Ajedrez del Elefante


Vamos a imaginarnos que este tablero es como un país cuadrado que está dividido en dos partes iguales por el gran río Amarillo. A cada lado del río hay un pueblo, en uno sus habitantes son rojos y en el otro, negros. Y qué curioso es cómo se relacionan entre ellos... su manera de estar se llama Guanxi, y viene a ser una filosofía de vida en la que para superar las dificultades hay que confiar en la familia y en los amigos, y devolver en el futuro los favores que se reciben. ¡No está nada mal!

Uno de sus quehacer favoritos es jugar al ajedrez... las casas, los bares, las aceras de la calle, los escalones, las plazas, la orilla del río, o el instituto... cualquier lugar es bueno para echar una partida al ajedrez chino, el ajedrez del elefante. Y si no, ¡que se lo digan a Javier!


Empieza la partida, los habitantes del pueblo rojo y negro se convierten en fichas rojas y negras, y a jugar!

Los emperadores están asistidos por dos Mandarines (en este país no hay reinas...) y los Elefantes avanzan dos casillas a la vez, como ya lo hacían siglos atrás antes de que los europeos los convirtieran en alfiles. Las torres están representadas por un Castillo, y habiéndo inventado la pólvora, los chinos añadieron en su ajedrez el Cañón. La relación entre los dos Emperadores está llena de atractivo; ambos permanecen confinados en sus respectivas fortalezas y se dice que no pueden mirarse entre sí. Sus dominios están separados, ya sabéis, por el Gran Río Amarillo.


Las fichas rojas y negras se llaman de la misma manera, aunque no siempre tienen el mismo rostro:

Emperadores: se desplazan hacia adelante y hacia atrás. Pueden avanzar una casilla, pero sin salir de su fortaleza. Los emperadores no pueden verse, asi que, siempre deberá haber una ficha entre ellos.

Mandarines: al igual que los emperadores deben permanecer en la fortaleza sin poder salir de ella. Avanzan una casilla, siempre en diagonal.

Elefantes: cada elefante se desplaza dos casillas por turno, y siempre en diagonal. El punto situado entre los dos que avanza deberá estar vacío. Los elefantes no pueden cruzar el río.

Caballos: se mueven un espacio en línea recta, y otro más en diagonal. Es idéntico al ajedrez occidental, sólo que cuando el punto de la línea recta esté ocupado por una ficha, el caballo  no podrá saltar.

Castillos: pueden avanzan las casillas que quieran, siempre en línea recta. Igual que su equivalente occidental (Torres).

Cañones: se mueven como los castillos, con la diferencia de que siempre están obligados a saltar por encima de otra pieza, ya sea de su color o del otro. Los cañones no pueden saltar dos fichas, pero sí una y comerse la siguiente. Si no hay pieza que saltar, los cañones no pueden moverse.

Soldados: Sólo podrán moverse una casilla y hacia adelante, por turno. Cuando hayan cruzado el río también podrán moverse lateralmente. No existe la coronación, cuando un soldado llega a la última fila, debe permanecer en ella y moverse horizonalmente.

El objetivo es capturar al emperador. Cuando éste es amenazado se dice que está en Jaque, y si no puede evitarse su captura, se llega al Jaque Mate...

... ¡¡¡¡¿te atreves a jugar?!!!!

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