jueves, 27 de febrero de 2014

¡Nos vamos a China!

 
                 ¡Qué grande es China, y cuántas cosas podemos encontrar allí!

Vamos a empezar por su escritura, que es muy diferente. Todo comenzó hace más de tres mil años cuando algunas personas expresaban cómo se sentían grabando símbolos o dibujos en los caparazones de las tortugas. Después del caparazón, llegó el bambú... y así, siguieron pasando años y más años, mientras que llegaba el papel, y aquellos dibujos se iban convirtiendo en caracteres que hoy día constituyen la escritura formal de esta lengua.

El ábaco puede que sea el instrumento más antigüo de cálculo, y se cree que su origen está en China, donde todavía lo utilizan para resolver operaciones matemáticas.

Qué decir del en un país, en el que aunque el termómetro esté superando los 35º, los vecinos te ofrecen agua caliente, para que te refresques bebiendo un rico té. Hay una bonita leyenda que cuenta cómo empezó todo... "Durante la meditación bajo el árbol Bodhi, Buda contempló los sufrimientos y los graves problemas a los que se enfrentaba el hombre en la vida: la tristeza, la soledad, la enfermedad, la vejez y la muerte. Ante estos pensamientos el sabio y compasivo Siddharta dejó caer una lágrima de sus ojos. En el mismo lugar donde cayó su lágrima creció de la tierra el arbusto del té, la poción que ha proporcionado consuelo espiritual a millones de personas durante la historia de la humanidad".

Con respecto a la literatura, queremos destacar al escritor Gao Xingjian, Premio Nobel de Literatura en el año 2000 y su obra La montaña del alma, un viaje lleno de poesía.

Y para acabar con algo dulce, unos caramelos chinos, que resulta que sólo se comen en las bodas, o en Recas ;-)...

... Zàijiàn!

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