jueves, 10 de abril de 2014

Suspiros nicaragüenses

Ingredientes:
- 3 claras de huevo
- 1 taza de azúcar
- 1 cucharadilla de vainilla
- Colorante vegetal (opcional)

Cómo se hace:
Se empieza batiendo las claras de huevo a velocidad alta durante 5 minutos. Después, se va vertiendo el azúcar poco a poco y se sigue batiendo a velocidad media durante 8 minutos más. Mientras, vamos echando la vainilla para perfumar y el colorante vegetal para dar color. El merengue que resulta se vierte en una manga pastelera (podemos ayudarnos de una espátula). Cerramos la manga y vamos apretando un poco, buscando la forma que queramos. Lo último es meterlos al horno precalentado a 100º durante 1 hora.

Dejamos enfriar y listo.

¡Gracias Mónica y Nora! ¡Bueníisimos!


jueves, 3 de abril de 2014

La Mocuana (Nicaragüa)

Mónica nos habló de su país, Nicaragüa y nos presentó a La Mocuana, ¡allá vamos!

 

Hace ahora muchos años, durante los primeros días de la Colonia, la noticia de los yacimientos de oro que había en los dominios del Cacique de Sébaco hizo que muchos españoles se desplazaran hasta allí. Éstos fueron muy bien recibidos por el indio, quien les entregó tamarindos de oro para que los enviasen al rey de España.

Después del obsequio, el Cacique rogó a los extranjeros que se alejasen y no volviesen. Estos aparentaron hacerlo, pero al poco tiempo regresaron; y esta vez con deliberadas intenciones de sojuzgar al jefe indio. Habiéndolo sabido éste, escondió sus tesoros. Únicamente su hija conocía el secreto del escondite. Los españoles fueron derrotados.

Pasó el tiempo y habiendo llegado uno de los hijos de los viejos españoles vencidos, se enamoró perdidamente de la hija del Cacique, que era muy bella. Esta correspondió el amor; y como bien sabía ella que su padre se opondría rotundamente al matrimonio, huyó con el español.

Generosa, le dio a su amante europeo las riquezas que poseía y éste, satisfecho, y no esperando nada más de la pobre india, la encerró en la cueva de un cerro y tapó su salida. Pero ella, conocedora del lugar, logró escapar por otro sitio.

Lo que hizo su amante le causó la perdida del juicio y se convirtió en la bruja La Mocuana... Desde entonces se aparece en los caminos e invita a los transeúntes a seguirla hasta la cueva. 

La gente dice que nunca le han podido ver el rostro; solamente su larga y cimbreante figura y su preciosa cabellera.