lunes, 24 de noviembre de 2014
Recetas colombianas a viva voz
Esta vez fuimos muy afortunados, Magy nos deleitó con su amabilidad y sus platos típicos colombianos... Muchísimas gracias, ¡ha sido un lujo que estuvieras en este recreo!
martes, 18 de noviembre de 2014
La madre del agua
Dani nos contó esta bonita y al mismo tiempo, triste historia colombiana...
En la época de la conquista, en que la ambición de los colonizadores no sólo consistía en fundar poblaciones, sino en descubrir y someter tribus indígenas para apoderarse de sus riquezas, salió de Santa Fe una expedición al río Magdalena.
Los indios guías descubrieron un poblado cuyo cacique era un joven fornido, arrogante y valiente a quien los soldados capturaron con malos tratos siendo conducido hasta el conquistador, quien lo abrumó a preguntas, mientras el indio se negaba a contestar. El capitán ordenó amarrarlo y azotarlo hasta que confesara dónde guardaba las riquezas.
La hija del capitán estaba observando a aquel joven noble y valeroso. Tan pronto salió su padre, fue a rogar por la libertad del joven y aunque aquella súplica no era un orden no pudo negarse al ruego de la joven y liberó al joven indio.
La joven acompañó por el sendero a aquel joven que no entendía a qué se debía ese trato. Ya lejos de la vista de su padre, lo besó y conmovida le dijo que huyeran juntos. El lastimado joven conmovido por su belleza accedió y se refugiaron en el bohío de otro indio amigo suyo quien les proporcionó alimento y materiales para su choza.
Allí vivieron felices y tranquilos.
Hasta que un día, una india vecina conocedora del secreto de la joven pareja y sintiéndose rechazada por el joven indio optó por vengarse y escapó a la fortaleza para informar al capitán del paradero de su hija. Nervioso y violento el capitán corrió al sitio que le indicó aquella mujer.
Al llegar al lugar, ordenó a los soldados amarrarlos y les quitó el recién nacido a la pareja, mientras el capitán le decía al bebé "morirás, no quiero descendientes que manchen mi nobleza". Y se lo lanzó a un soldado con la orden de tirarlo a la corriente. El indio fue decapitado ante su hija que gritaba desesperadamente. A ella la dejaron libre, pero enloquecida por la pérdida de sus dos amores se lanzó a la corriente en busca de su hijo y se ahogó.
La leyenda cuenta que en las noches tranquilas se oye una canción tierna y delicada. La bella joven que sigue buscando a su hijo por los siglos de los siglos, es la madre del agua.
En la época de la conquista, en que la ambición de los colonizadores no sólo consistía en fundar poblaciones, sino en descubrir y someter tribus indígenas para apoderarse de sus riquezas, salió de Santa Fe una expedición al río Magdalena.
Los indios guías descubrieron un poblado cuyo cacique era un joven fornido, arrogante y valiente a quien los soldados capturaron con malos tratos siendo conducido hasta el conquistador, quien lo abrumó a preguntas, mientras el indio se negaba a contestar. El capitán ordenó amarrarlo y azotarlo hasta que confesara dónde guardaba las riquezas.
La hija del capitán estaba observando a aquel joven noble y valeroso. Tan pronto salió su padre, fue a rogar por la libertad del joven y aunque aquella súplica no era un orden no pudo negarse al ruego de la joven y liberó al joven indio.
La joven acompañó por el sendero a aquel joven que no entendía a qué se debía ese trato. Ya lejos de la vista de su padre, lo besó y conmovida le dijo que huyeran juntos. El lastimado joven conmovido por su belleza accedió y se refugiaron en el bohío de otro indio amigo suyo quien les proporcionó alimento y materiales para su choza.
Allí vivieron felices y tranquilos.
Hasta que un día, una india vecina conocedora del secreto de la joven pareja y sintiéndose rechazada por el joven indio optó por vengarse y escapó a la fortaleza para informar al capitán del paradero de su hija. Nervioso y violento el capitán corrió al sitio que le indicó aquella mujer.
Al llegar al lugar, ordenó a los soldados amarrarlos y les quitó el recién nacido a la pareja, mientras el capitán le decía al bebé "morirás, no quiero descendientes que manchen mi nobleza". Y se lo lanzó a un soldado con la orden de tirarlo a la corriente. El indio fue decapitado ante su hija que gritaba desesperadamente. A ella la dejaron libre, pero enloquecida por la pérdida de sus dos amores se lanzó a la corriente en busca de su hijo y se ahogó.
La leyenda cuenta que en las noches tranquilas se oye una canción tierna y delicada. La bella joven que sigue buscando a su hijo por los siglos de los siglos, es la madre del agua.
¡Volvemos desde Colombia!
Un año más volvemos a encontrarnos en los recreos para escuchar cuentos :-)
Esta vez, Dani, muy amablamente se ha ofrecido a romper el hielo y contarnos una bonita historia colombiana.
Gracias Dani y Bienvenidos los demás!!
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